La importancia del aftercare en el mundo BDSM

Poco se suele hablar sobre el aftercare en las prácticas BDSM, pero es una de las cosas más importantes. Aprende a implementarlo correctamente.

17 mayo, 2021 4 mins de lectura
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Cuando se habla de BDSM, lo primero que se suele pensar es en los conceptos más llamativos como: dominantes, sumisos(as), esclavos(as), gritos, esposas, látigos, cuerdas de bondage, mordazas u otros juegos de restricción. Y es que es lo que más venden los medios (y el porno). Pero en poquísimas ocasiones se piensa en uno de los puntos más importantes de las prácticas BDSM: el aftercare, el cuidado mutuo posterior al acto per se.

BDSM mordaza

Las prácticas BDSM deben verse como un ritual. Y el aftercare es el último acto de ese ritual, es el toque final, el instante de comunión más intensa entre los participantes. Es el momento en que se hace conciencia de la fantasía que se acaba de vivir (porque recordemos que todo el ritual BDSM es vivido como una fantasía erótica) y en que se hace la transición entre la adrenalina de la sesión y el curso “normal” de las cosas.

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¿Por qué es indispensable el aftercare?

Una sesión de BDSM requiere demasiada energía, mucha más que una sesión de sexo “ordinario”. Por el involucramiento en los papeles y por aspectos como el dolor físico o la restricción de movimiento, tanto el sumiso como el dominante se desgastan muchísimo mental y físicamente; por lo tanto, es necesario que exista un momento de tranquilidad y ternura para liberar la presión, relajarse y regresar poco a poco a la cotidianidad.

Pareja aftercare

Algunas personas, incluso habiendo disfrutado mucho de la sesión de forma 100% consensuada, al final pueden desarrollar algunos estados físicos o psicológicos como resultado de la adrenalina y la vulnerabilidad que suponen estos juegos: temblores, hiperventilación, ansiedad o llanto incontrolable pueden presentarse. De ahí la necesidad crucial de que “regresen a la tierra”, se apapachen y se cuiden tiernamente.

Además, el aftercare no solo sirve para lo que acabamos de comentar, sino que también constituye un momento ideal para compartir sensaciones, opiniones y sentimientos, permitiendo así un intercambio constructivo sobre los puntos positivos y las cosas a mejorar durante su próxima sesión. Es, pues, un momento de confianza, comunicación e intimidad que les ayudará a que sus sesiones sean cada vez mejores y más placenteras.

El aftercare físico y el emocional

Como ya te explicamos arriba, aunque son sumamente placenteras, las prácticas BDSM provocan un fuerte desgaste tanto físico como emocional; por eso, es muy importante que el aftercare se dirija a estas dos áreas por igual. En el aspecto físico, hay muchísimas cosas que pueden hacer, dependiendo de la circunstancia particular en la que se encuentren, no solo se trata de abrazar sino también, si es el caso, de curar.

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Además de acariciarse y apapacharse, es importante que el dominante sea especialmente amable y considerado con el sumiso con acciones como: ponerle crema sobre los enrojecimientos, algún ungüento calmante sobre quemaduras leves que hayan podido provocar las cuerdas o la cera, curarlo si hubo alguna herida superficial o ponerle cubitos de hielo en los glúteos o partes del cuerpo adoloridas por los azotes.

Aftercare fisico

Respecto al aftercare emocional, hay principalmente dos aspectos: la reflexión mutua y la reflexión individual. En  la reflexión mutua pueden platicar acerca de la sesión que acaban de tener: qué les gustó, qué no, qué podrían mejorar, qué les costó trabajo, etc. Y en la reflexión individual basta con que se queden abrazados mientras cada uno piensa en cómo se siente y hace un balance general de sus deseos y cómo los lleva a cabo.

¡Atrévete!

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