El Auriga: la posición sexual que sacará tu lado más salvaje

2 septiembre, 2019 4 mins de lectura
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Cada que pienses que ya te las sabes de todas todas y que no hay posición sexual que no conozcas, llegaremos nosotros a sorprenderte, y el día de hoy no es la excepción. Nos da mucho gusto presentarte esta posición sexual, porque en Let’s Kinky somos fanáticos de las cosas que te dan placer y al mismo tiempo, te aportan algo de conocimiento y cultura. Y justo es el caso de El Auriga, una postura sexual que te sorprenderá.

¿Qué es El Auriga?

De inicio, puede que te preguntes: “¿Qué demonios significa ese nombre?” Claro, no es una palabra tan común como otras que se usan en el repertorio sexual (como “perrito”, “vaquera” o “carretilla”), y aquí es donde interviene el hermoso aspecto de la culturización sexual. Resulta que en la Grecia Antigua y en Roma, el auriga era el hombre que gobernaba los caballos de los carros de carreras o carruajes. 

¿Te puedes imaginar a estos hombres? Con seguridad eran unos especímenes fuertes y correosos para ser capaces de controlar la fuerza de varias bestias en riesgo de desbocarse. Así que, emulando la postura que adquirían estos hombres cuando jalaban a los caballos, surgió esta posición sexual que, por supuesto (por el contexto que te acabamos de relatar), tiene al hombre como eje dominante de la acción.

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¿Cómo hacerla?

Digamos que (solo para fines didácticos), el hombre será el auriga y la mujer el caballo. O sea que, si les laten los juegos de dominación, pueden establecer que él será el dominante y ella la dominada. Él se coloca detrás de ella, ambos están de pie, él toma los brazos de su mujer (por las muñecas o un poco más arriba) y ella solo flexiona la espalda hacia el frente, de manera que los brazos femeninos emulan las bridas de los caballos.

Una vez en esa posición, la mayoría de los hombres se volverán locos, pues se sentirán en una postura de poder total, lo cual, en una actividad sexual consensuada, puede resultarles súper excitante. Jalando de los brazos de ella (como si fueran las riendas), él tendrá el control de todo: de la fuerza, la velocidad y la profundidad de las embestidas; esto lo hará sacar su lado más salvaje y animal, por lo que seguramente le encantará.

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Pero la mujer no se quedará atrás en el placer. Recordemos que en todo encuentro sexual, el placer debe ser mutuo, si no, simplemente no se hace. En este caso, la mujer, quien se encuentra con las piernas cerradas, sentirá (casi como maximizado) cómo el miembro de su pareja pasa por entre sus muslos y la penetra; esta penetración muy cerrada suele ser súper satisfactoria para ellas.

¿Cómo darle toques más Kinky?

Ella puede “retar” el papel dominante de su pareja y controlar también el ritmo y la velocidad, ¿cómo? Moviendo sus nalgas al ritmo que ella prefiera, esto le dará a él una pauta de cómo quiere ella que continúe la sesión. Obviamente, para que este tipo de mensajes funcionen, tienen que estar ambos pendientes del lenguaje corporal del otro.

Él puede soltar una de las manos de su pareja y con la otra jalarle el cabello levemente, darle unas cuantas nalgadas o simplemente acariciar su espalda. Ella puede girar levemente su cabeza de manera que alcance a verlo aunque sea de reojo; de esta forma, puede lanzarle miraditas sugerentes o morderse los labios, por ejemplo. Este tipo de cosas elevarán la pasión y los pondrán a ambos mucho más cachondos. 

¡Atrévete e inténtala ya!

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