3 poemas eróticos de Almudena Guzmán

5 diciembre, 2018 2 mins de lectura
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Desnudo en sombra

Volverse a enamorar.

Besar una piel que sabe distinto,

no encontrar puntos de referencia

que indiquen el momento justo,

la caricia perfecta,

la mano compañera.

Retornar a un cuerpo nuevo

sin los huecos del anterior,

no poder palpar una nuca excitada,

una espalda con escalofríos conocidos.

Qué pobre se queda el intento de amar igual a la primera vez.

Cómo pesa una boca tan sabida,

tan llena de humo compartido

ante la desconocida tan poco explorada, tan miedosa.

Cuánto cuesta abandonarte, lavarme de tu olor,

quitarme las huellas de tu peso,

desdoblarme en otra Almudena

y comenzar a hacer mía una figura

de la calle que me asusta y que ¿quiero?

poseer, pero… tú, ahí estás tú,

traspasando con tu desnudo mi sombra,

consolándome pesaroso de mi dolor al terminar,

tu sonrisa y tu cigarrillo,

ese brazo moreno rodeando mi cintura

y llevándome a un lecho desordenado..

y tus manos de violinista

volando y enredándose en mis senos.

Señor

poema de Almudena Guzmán

Señor,

ahora que mi piel y la suya

-después de las sábanas-

han formado un nuevo «collage» en el agua,

no es el mejor momento para hablarle,

desde luego,

pero aprovechando que estoy arriba

y usted debajo,

quisiera decirle

-casi no me atrevo con sus ojos-

que no puedo más,

que voy a pararme.

-Era el placer como una de esas muñecas rusas que se abren

y aparece otra,

y otra…-

Soy un racimo de uvas

Soy un racimo de uvas

y aguanto como puedo

este oleaje creciente de mi boca

aguijoneándome al sol.

Hasta que estallo.

¡Dale sentido a tus sentidos!

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