Sexo y drogas: ¿son realmente una buena idea?

5 marzo, 2020 4 mins de lectura
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Desde hace muchos años, el sexo y las drogas parecen una buena combinación, no en vano el famoso “Sexo, drogas y Rock&Roll”. Si a eso le añadimos los dimes y diretes de mucha gente que afirma que se siente más rico cuando estás high, más la propensión natural del hombre a querer experimentar nuevas sensaciones, es perfectamente comprensible que muchas personas se sientan tentadas a probar tener sexo bajo los efectos de alguna droga.

Sin embargo, la realidad es que, aunque algunas personas pueden tener experiencias positivas, todo mundo reacciona distinto a las drogas y siempre habrá riesgos inherentes a su consumo asociado a una actividad física intensa. Además de los potenciales riesgos como la adicción o alguna reacción adversa, es también un hecho que en el aspecto sexual hay varias cosas a tomar en cuenta y no todas son positivas, te contamos cuáles son.

1. Afectaciones en la libido

Seguro has escuchado por ahí que ciertas drogas “te ponen más caliente” o aumentan tu deseo sexual; si bien esto puede ser cierto a corto plazo, a mediano y largo plazo tienen el efecto contrario. Por ejemplo, el éxtasis es conocido por supuestamente mejorar el sexo, pero este efecto suele desaparecer rápidamente y, después deja al usuario sin interés en el sexo; si se usa con mucha frecuencia, incluso pueden hacer que la persona tenga problemas de erección o le cueste mucho alcanzar el orgasmo.

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2. Conductas sexuales de riesgo

Es un hecho comprobado que las drogas, al alterar tu percepción de la realidad, pueden provocar que te “olvides” de ciertas aspectos fundamentales del sexo seguro, lo cual conduce a comportamientos sexuales de alto riesgo. El sexo es uno de los impulsos más poderosos en los seres vivos, pero nuestra conciencia nos pone límites y evita que vayamos por la vida teniendo sexo cada que se nos antoja y con quien sea; las drogas actúan como inhibidores de esa conciencia.

Muchas personas que se han recuperado de adicciones a las drogas o el alcohol refieren que bajo los efectos de las sustancias llevaron a cabo prácticas sexuales de riesgo y sin ser plenamente conscientes de lo que hacían, exponiéndose a embarazos no deseados o enfermedades de transmisión sexual. Recuerda que el sexo es para disfrutarse y es padrísimo probar nuevas cosas y añadir prácticas a tu repertorio, pero siempre de forma consciente y consensuada, si no ¿para qué tener sexo que luego ni recordarás si disfrutaste o no? 

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3. Violencia inducida

Otro de los efectos más comunes de algunas drogas es desinhibir al usuario al punto que es capaz de mostrar lados de él mismo que normalmente controla o no presenta; muchas de estas actitudes se relacionan con la violencia. Basta leer noticias para descubrir que muchos de los violentadores se encontraban, en el momento de la agresión, bajo los efectos de alguna droga (hay algunas que incluso exacerban la violencia).

Todo lo anterior te lo decimos, no con el objetivo de moralizar o condicionar tus decisiones, sino con la intención de aclarar que todo lo que significa una verdadera actitud Kinky –cuidado de uno y del otro, disfrutar con mente y cuerpo, ser consciente del placer– no necesariamente lo encontrarás inhibiendo la percepción de tus sentidos. No hay cosa más deliciosa que disfrutar del sexo en y con tus cinco sentidos

¡Hazte Kinky!

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