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Derribando muros, construyendo libertades

6 noviembre, 2016 3 mins de lectura
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El próximo 9 de noviembre se cumplirán 27 años de uno de los acontecimientos más importantes del último siglo a nivel mundial: la caída del Muro de Berlín. Ese día se derribó una barrera que había mantenido separado a un pueblo, a amigos y familiares, durante 28 años; una barrera construida desde lo político, pero que afectó el aspecto social, cultural y emocional de todos aquellos que vivieron la división.

El próximo 8 de noviembre se desarrollará otro acontecimiento también muy importante a nivel mundial: las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Dos fechas seguidas: 8 y 9 de noviembre, dos hechos políticos, uno del pasado y otro del presente, que parecen alejarse en intención y significado; sin embargo, algo nos quiere decir la historia con la cercanía de estas dos fechas o, al menos, nos regala la oportunidad de reflexionar y aprender de ella.

La caída del Muro no fue solamente un suceso político; fue un símbolo de liberación en todos los sentidos, y no sólo en Alemania, sino en el mundo. Quizá te estés preguntando “¿y todo esto a qué viene en Let’s Kinky?” Claro, podría pensarse que la política no tiene nada que ver con el sexo, pero el sexo está en todo… y la política también. La actitud hacia el sexo se ve determinada por múltiples factores, entre ellos – aunque no lo creas – las políticas del lugar donde vivimos.

Piensa, por ejemplo, en países con restricciones de contacto con otros países o con políticas muy prohibitivas, como Corea del Norte, China o, en su momento, Cuba. Son lugares en los que la prohibición genera temas tabú (el sexo, uno de los principales), y el hombre, como por instinto, siempre se verá tentado a romper los tabúes y las restricciones impuestas; es entonces que surgen las actividades ilegales relacionadas con ello: la prostitución, la trata de personas, el turismo sexual.

Por el contrario, países conocidos por ser políticamente más abiertos y progresistas, suelen caracterizarse por tener una población más libre y franca respecto a temas sexuales; entonces, cuando la gente siente la libertad de ejercer su sexualidad sin prejuicios, las actividades ilegales relacionadas disminuyen; no decimos que no existan, pero lo hacen en menor medida o – en casos como Holanda, Suiza o Canadá – en el marco de la legalidad.

En este sentido, es más fácil entender por qué un evento primordialmente político, como la Caída del Muro de Berlín, significó tanto y en tantos sentidos: no sólo cayó una pared, cayeron también tabúes, prejuicios, restricciones de acción y de pensamiento; y con ello, se pusieron los cimientos de una sociedad más consciente, más libre y más feliz. Podemos también entender más claramente por qué las próximas elecciones de Estados Unidos tienen una relevancia más allá de lo político. Tomemos el ejemplo y derribemos todos los muros que nos estorban, aún aquellos que no se han construido.

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