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Supera la ruptura, ¡ya!

15 diciembre, 2016 4 mins de lectura
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Por ahí dicen que nos enamoramos, no de las personas sino de quienes somos cuando estamos con ellas. Y cuando esa persona se va, tenemos que rediseñarnos, casi recogernos como migajas. Entonces, en la pérdida de ese ‘cacho de nosotros’, dotamos a nuestros ex de atributos y virtudes que nunca tuvo, meros espejismos. Hasta esos errores que detestabas, como que tardara una hora en estar lista para salir a cenar, ahora los ves como algo tolerable. Es tan poderosa esta protección que terminamos por creer que es real. Y extrañamos lo que creemos que esa persona era y, claro, quien eras cuando estabas a su lado. Sacúdetela, ¡ya!

  1. 1.- Tú eres tú
  2. Sí suena bobo, pero tú no eres una relación, ni lo que implica (como tener con quién ir a una fiesta), ni tu trabajo, ni los viajes que hiciste con ella: tú eres tú y eres mucho más que todo eso. Cuando comiences a conscientizarlo dejarás de tratar de sustituirte o cubrir el espacio con la imaginaria autodefensa. Sábete completo.
  3. 2.- Dale su justa medida
  4. Seguro tiene mil cosas buenas por las cuales recordarla pero también aspectos que, de algún modo, no te permitieron tenerla en tu vida, por lo que terminaron. Quédate con el aprendizaje y lo positivo, pero no dejes de ver lo que los separó, no para llenarte de rencores sino para ser objetivo.
  5. 3.- La cómoda miseria
  6. No estás loco, pero –como todos- has crecido en una sociedad donde nos han enseñado a casi aplaudir el sufrimiento y nos acostumbramos a que las situaciones o las relaciones dañinas o sin bienestar, son lo común, como si nos dieran un premio por aguantar personas o experiencias horrendas. Y cuando no tenemos la dosis de miseria, la extrañamos. ¿Cómo salir de ella? Abriéndote a merecer. Despídete de la catástrofe, ¿no te has cansado de estar ahí?
  7. 4.- Acepta que mereces
  8. El merecimiento es comprender que vales demasiado como para continuar en una experiencia que te roba la paz. Con todas tus células, compréndelo y deja de revolcarte en el viejo dolor o en las situaciones que ‘pudieron ser’.
  9. 5.- Desarrolla una nueva visión
  10. Olvidar, lo que se dice olvidar, es imposible. Pero sí dejar ir a la gente. Deja de luchar, véncete. Date cuenta de que las cosas fueron como tenían que ser. Esa visión no es de derrota sino de aceptación. Sí, así fue, ¿y? No hay más que seguir.
  11. 6.- Despídete
  12. Date un día, unas horas, pero no más, para despedirte de ella. No tienes que verla. Háblale a su foto o al aire, pero saca todo. Que no te importe gritar o llorar. Si los vecinos piensan que enloqueciste, es su problema. Y ‘dile’ lo que sientes, lo que te dolió, lo feliz que te hizo; cada sentimiento o recuerdo que surja. Será toda una catarsis. Cuando sientas que ya dejaste escapar todo, cierra tus ojos e imagina que cortas con tus manos, unas tijeras, lo que imagines, los lazos que los unían. Y déjala ir, con paz, con armonía; deseándole lo mejor. Díselo, ‘Te dejo ir. Gracias pero ya no te quiero en mi vida’. Imagina que se aleja y se despiden. Y tú te quedas tranquilo. Sonríe. Se acabó y es lo mejor.
  13. 7.- Desenreda
  14. La única manera de continuar con una nueva relación o comenzar a salir con alguien es dejar de buscar lo que crees que tenías con tu ex, o lo que imaginaste en la fase de espejismo. Deja de hacerte bolas con información de una y otra. Haz espacio para que personas mejores se acerquen. Y –cuando estés listo- ¡que vengan las nuevas experiencias!

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