Cambio de roles: de pasivo a activo y viceversa

No te quedes siempre del mismo lado y métele hype a tu relación con cambios significativos.

15 marzo, 2023 4 mins de lectura
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¿Pasivo o activo? Seguramente has escuchado este par de términos en alguna conversación. No importa si formas parte de la comunidad LGBTQ+ o no, estos términos pueden aplicarte, pues se refieren a la forma en la que te desenvuelves a la hora del delicioso. Ser pasivo es sinónimo de ser sumiso, en la jerga sexual es la persona que recibe y permanece “inactiva” mientras la otra persona es quien lleva a cabo la penetración, ya sea por vía vaginal, anal u oral, –a lo que se denomina activo–. No importa quién utilice este término, ya que puede ser una persona de cualquier sexo, género u orientación sexual.

Se cree que las parejas en relaciones homosexuales mantienen este tipo de acto y que siempre está bien marcado quién es la persona activa y quién es la activa. Sin embargo, este juicio está basado en estereotipos sociales erróneos, en donde se les asigna el mismo patrón que a una pareja heterosexual y por lo tanto es irreal. La realidad es que, tengas el tipo de relación que tengas, el acto sexual es una forma de exploración total cuando dos personas quieren participar en un juego de comunicación y participación sobre el amor y/o el deseo que sienten. De hecho, muchas parejas asumen la posición activa porque tienen una misión muy clara, y esa es brindar placer a su pareja sin descanso. Al mismo tiempo que la persona activa se posiciona, está dando placer, pero no quiere decir que no esté disfrutando. Otras veces, primero le toca recibir a uno y luego al otro; aquí se podría decir que hay un cambio de roles conforme el encuentro se va dando y, la verdad es que cualquier persona puede ser quien dé o quien reciba, así que puedes ir y venir del estado activo al pasivo sin necesidad de mantenerte en un solo lado de la ecuación.

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¿Cómo cambiar de pasivo a activo, y viceversa?

Si has detectado que siempre te quedas en uno de los dos estados, y deseas incursionar en el otro, aquí te vamos a dar algunos tips Kinky para navegar por ambos mundos y disfrutar más de tus experiencias sexuales.

  • Comunícate de forma asertiva con tu pareja. Si ya lo decidiste o quieres probar el rol contrario, cuéntaselo a tu pareja. Dile que deseas cambiar el rol y probar, y acuerden el cambio. Esto no significa que ya siempre se van a quedar de esa forma, pueden probar y volver a lo de antes o cambiar y volver cuantas veces quieran.
  • Observa cuáles son los comportamientos en el sexo que te hacen ser pasivx o activx. Si adoptas una actitud de ser quien siempre está dedicadx a dar placer, ahora brinda la oportunidad a tu pareja de ser quien te regale ese placer a ti: conviértete en la persona que recibe. Esto puede ser mediante posiciones sexuales en donde tú estés en descanso mientras tu pareja, literalmente “te da” y abandónate al gozo. Si siempre eres tú quién recibe, ahora puedes cambiar al rol activo y ser quien tome el control sobre el acto.
  • Llévalo más allá. Sí, no solo se trata de penetrar y ser penetradx. Juega con la dominación y la sumisión. Si estás del lado activo, toma el control total: ordena y pon a tu pareja en las posiciones que se te antojen (siempre de forma respetuosa y consensuada). Si estás en pasivo, adopta una actitud sumisa y deja que la otra persona asuma el control.

Ojo: si tú y tu pareja siempre han asumido los mismos roles, sé responsable afectivamente y habla primero tu necesidad o deseo de cambiar las cosas. Nunca debes “simplemente hacerlo”, ya que podrías sacar de onda a la persona que está acostumbrada a que la situación se dé de una forma ya establecida. Todo esto se resuelve con mucha comunicación y conocimiento de tu pareja.

¡Libera tus sensualidad y rompe los patrones!

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