Responsabilidad afectiva: ¿qué es y cómo cultivarla?

28 septiembre, 2021 4 mins de lectura
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De entre los muchos aspectos positivos que nos han traído los últimos tiempos, la consciencia y responsabilidad respecto a nuestras relaciones afectivas son algunos de los que más valoramos y alentamos. El hecho de establecer acuerdos en nuestras relaciones, de pactar qué modelo relacional se busca o de reconocer las necesidades del otro son cosas que antes no nos deteníamos a pensar o ni siquiera considerábamos, pero afortunadamente las cosas empiezan a cambiar.

Y en ese orden de ideas, cada día se habla más de la responsabilidad afectiva y de cómo ésta puede llevarnos a generar relaciones más éticas, sanas y placenteras. Sin embargo, ¿sabemos realmente qué es la responsabilidad afectiva y cómo podemos cultivarla? El día de hoy te explicaremos, de la forma más sencilla posible, a qué se refiere este concepto y qué puedes hacer en tu día a día para irte volviendo más responsable en tus relaciones.  

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¿Qué es la responsabilidad afectiva?

Responsabilidad afectiva

Toma en cuenta que estas ideas aplican para cualquier modelo de relación que quieras seguir: monógamo, poliamoroso, cuasiplatónico, etc.; ya que se trata simplemente de una herramienta (la mejor, quizá) para amar de forma más ética y sana. De forma muy incipiente, podríamos decir que la responsabilidad afectiva se trata de actuar con honestidad; comprender nuestros propios comportamientos y emociones, así como asumir las consecuencias de nuestras acciones. 

Primero que nada, hay que entender que si te relacionas con otra persona (cualquier tipo de relación), necesariamente tus acciones tendrán un efecto sobre ella y viceversa; no podemos pensar, como mucha gente dice, que sus emociones “son su problema y no el mío”, ya que, en tanto están compartiendo momentos de vida, forzosamente existe una corresponsabilidad: toda acción genera una reacción y, como dice nuestro gurú Jaime Gama, “si te pego y te duele no soy responsable de tu dolor, pero sí del golpe que te di”.

Pareja sana

Piensa que toda relación que establezcas en la vida requiere que respondas a ella. ¿Qué nivel de respuesta o responsabilidad se requiere? Dependerá del tipo de relación. Si se trata de la relación con tu vecino, quizá tu responsabilidad se quede en saludarlo cuando lo veas; si se trata de la relación con tu jefe, las responsabilidades serán mayores; y, por supuesto, en una relación de pareja se incrementan. Pero en todas, sin excepción, lo que haces afecta al otro y debes trabajar en tu habilidad para responder ante eso. 

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¿Cómo cultivar la responsabilidad afectiva?

Lo primero y más importante es el autoconocimiento: reconocer mis emociones, deseos, límites y habilidades. Si eres sincero contigo mismo, entonces te será más sencillo serlo con los demás; si aprendes a validar tus sentimientos, podrás con mayor facilidad validar los de tu pareja. Es importante que seas sincero(a) respecto a tus intenciones y sentimientos y, para ello, el diálogo y la comunicación son fundamentales. 

Relación ética

Y finalmente, es esencial trabajar la empatía; pero ojo, la empatía no es decir “yo en tu lugar haría esto”, se trata de intentar entender la situación del otro y cómo te sentirías en una circunstancia similar. Por supuesto, tener responsabilidad afectiva no es siempre placentero; puede ser incómodo, pero es el mejor camino para que todos los involucrados en la relación se sientan atendidos, comprendidos y acompañados en lo que sienten. 

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