Prende a tu pareja estimulando sus orejas

Las orejas son zonas erógenas indispensables para el foreplay y que no debes olvidar en ningún momento aprende a estimularlas y disfrutarlas.

25 marzo, 2020 3 mins de lectura
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Las zonas erógenas primarias, como el clítoris, el pene o los pezones, son las más comunes y normalmente acaparan toda la atención. Sin embargo, a veces nos olvidamos de otras zonas erógenas que son sumamente placenteras y cuya estimulación ayuda a que la temperatura vaya subiendo progresivamente (en vez de lanzarte de inmediato a los genitales). Una de estas zonas preferidas de hombres y mujeres son las orejas.

Las orejas son increíblemente sensibles pues tienen muchas terminaciones nerviosas. Además, ofrecen mucho más que sensaciones físicas satisfactorias, ya que el recibir estímulos sonoros puede ser mentalmente transformador. El hecho, por ejemplo, de escuchar los gemidos de tu pareja o su respiración, además de excitarte a nivel físico, te ayuda a conectar con el momento y olvidarte de lo que esté ocurriendo alrededor.

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Formas de estimular las orejas de tu pareja

1. Con tus manos

Así es, puedes empezar con un suave masaje en sus orejas y los alrededores. Usa tus dedos pulgar e índice para frotar suavemente los lóbulos de las orejas de tu pareja con movimientos circulares. Después continúa el masaje alrededor de la parte posterior externa de la oreja desde la base hasta arriba; puedes también ampliar un poco el movimiento hacia el cráneo, en donde puedes imprimir un poco más de fuerza. Esto hará que tu pareja se relaje y esté lista para ir subiendo de tono.

2. Con tus labios

Te sugerimos, como siempre en estos temas, que vayas de menos a más, que no te lances de inmediato a lengüetazos, sino que empieces a trabajar la excitación de poco a poco. Empieza solo deslizando tus labios por encima de la superficie de sus orejas y cuello, controla el impulso de lamer (eso vendrá después), solo siente su piel, huele y permite que, de paso, sienta tu respiración y tu aliento.

3. Con tu lengua

Una vez hecho lo anterior, puedes ahora sí sacar tu lengua y empezar a recorrer su cuello y orejas con la punta de la misma. Recorre todos los pliegues y rincones, como si no tuvieras vista y con tu lengua fueras descubriendo las formas de tu pareja. Conforme la excitación se intensifique, vete dejando llevar y puedes incluir pequeñas mordiditas (solo en zonas blandas) o ir lamiendo con más intensidad.

4. Con palabras y sonidos

Y claro, no podía faltar. La estimulación del oído como sentido es esencial para muchas personas; así que date vuelo y acércate a su oído para decirle cosas sensuales (o sucias, como más les guste). Susurra, murmura, respira, permítete expresar lo que estés sintiendo a través de sonidos que, a su vez, estimularán también a tu compañero(a).

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Y como último recordatorio, durante el sexo, no olviden poner atención a todos los sonidos involucrados: su aliento mezclado con el tuyo, el susurro de las sábanas, tu piel rozándose contra la del otro, los cuerpos chocando, las respiraciones que se van acelerando, los gemidos antes del orgasmo… Esto hará que la experiencia sea mucho más poderosa y les ayudará a entenderse mejor.

¡Hazte Kinky!

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