¿Cuánto es poco sexo en una relación?

31 octubre, 2016 5 mins de lectura
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Cuando de sexo se trata, una de las quejas más frecuentes, tanto de hombres como de mujeres que se encuentran en una relación, es que no tienen suficiente sexo, que sienten que tienen muy poco sexo con su pareja. Es ésta también una de las búsquedas más frecuentes en Internet; sin embargo, el tema es más complejo de lo que parece y por lo tanto, la solución no es ni fácil ni evidente.

El primer problema empieza con el lenguaje. Las palabras “poco” y “mucho” son completamente subjetivas: comerse tres tacos puede ser poco para alguien que come con singular entusiasmo, pero puede ser mucho para otra persona; pagar $500 por un pantalón puede ser poco para alguien con un buen salario, pero es mucho para quien gana el salario mínimo; es relativo. Exactamente lo mismo ocurre con el sexo.

Para una persona, hacer el amor dos veces por semana puede ser suficiente y satisfacer por completo su libido; mientras que para otra, esa cantidad puede parecer limitadísima y sentirá que “se queda con ganas”, que no le alcanza. ¿De qué depende uno y otro caso? Bien, están básicamente los factores físicos (hormonas, edad, enfermedades) y los psicológicos (depresión, tabúes sociales, miedos). Veamos.

Factores físicos

  1. Las hormonas

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    La hormona del deseo sexual es la testosterona y está presente tanto en hombres como en mujeres. En los hombres, los niveles de esta hormona son más o menos regulares (a menos que padezcan de un desequilibrio hormonal diagnosticado); sin embargo, en las mujeres varían mucho dependiendo del ciclo menstrual: durante los días más fértiles hay más deseo sexual, mientras que después de un parto el deseo baja considerablemente.

  2. Edad

    En hombres y en mujeres, el momento de apogeo sexual varía dependiendo de la edad. Para los hombres, la edad en que más deseo sienten suele situarse alrededor de los 30 y para las féminas alrededor de los 35; así que, por ejemplo, una mujer de 35 con una pareja masculina de 45 podría (no necesariamente) resentir un desequilibrio en el deseo sexual de la pareja.

  3. Enfermedades

    Esto aplica para ambos géneros. Existen enfermedades o condiciones que, literalmente, inhiben las hormonas del deseo, lo que se refleja en pocas (o cero) ganas de hacer el amor; algunos ejemplos son: diabetes, menopausia, problemas de tiroides, ovario poliquístico o esclerosis múltiple. Es importante que sepas si tu pareja padece alguna de estas afecciones para que, en vez de enloquecer, la ayudes y tengas paciencia.

Factores psicológicos

  1. Enfermedades

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    Recuerda que, así como nuestro cuerpo se enferma, nuestra mente también puede hacerlo. Desafortunadamente, en México se tiene muy poca consciencia sobre la salud mental; sin embargo, las enfermedades psicológicas son las que más suelen afectar la vida cotidiana – y esto incluye el aspecto sexual – de las personas. La depresión y la ansiedad son padecidas (aunque no siempre diagnosticadas) por aproximadamente el 30% de los mexicanos, que ven disminuido su deseo sexual y su calidad de vida.

  2. Estructuras sociales y culturales

    Es común escuchar el gran cliché de que el hombre es más “sexoso” que la mujer, que el hombre piensa más en sexo y tiene más libido que la mujer en general; hay incluso encuestas por Internet que confirman esto. Sin embargo, muchos psicólogos y especialistas, como Daniel Bergner, afirman rotundamente que esto es falso, que no es que la mujer piense menos en sexo, es que no se le permite pensar en ello; no es que tengan menos libido que el hombre, es que se sienten limitadas socialmente para expresarlo con la libertad y desfachatez con que lo hacen los hombres. De cualquier forma, es claro que el contexto socio-cultural afecta nuestro comportamiento sexual.

  3. Emociones

    Especialmente en las mujeres (aunque esto no descarta a los hombres), la situación emocional del momento puede disminuir el deseo sexual de manera importante; por ejemplo, si la pareja acaba de tener un pleito fuerte o si acaba de morir algún familiar, es poco probable que ella quiera hacer el amor en ese momento. Para ellos suele ser más fácil disociar el estado emocional del deseo, pero también puede ocurrir.

Como puedes darte cuenta, el problema del “tenemos poco sexo” es en realidad multifactorial y cualquiera que te diga que puedes solucionarlo en tres fáciles pasos, te está mintiendo. La verdad es que tienes que revisar, una por una, cada una de las causas posibles y, lo más importante, mantener una comunicación constante con tu pareja para que entiendan cuáles son las necesidades del otro y puedan llegar a acuerdos satisfactorios para ambos.

¡Habla, entiende, disfruta… y hazte Kinky!

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