Obras eróticas de Julio Cortázar que tienes que conocer

12 febrero, 2019 6 mins de lectura
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Julio Cortázar es un escritor argentino nacido en Bélgica el 26 de agosto de 1914. Debido a conflictos políticos y sociales, tuvo una infancia turbulenta, durante la cual cambió de lugar de residencia muchas veces. Vivió en lugares como Argentina, Italia, España, Suiza y Francia. Murió en París el 12 de febrero de 1984 a los 69 años de edad debido a la leucemia que padecía. 

Durante su larga trayectoria, este talentoso literato escribió textos de todo tipo: novelas, cuentos, poesía, libretos teatrales, relatos cortos, críticas, entrevistas y traducciones. Entre sus obras más conocidas podemos encontrar 62 Modelo para armar, Libro de Manuel, Bestiario, entre muchos otros. Si quieres disfrutar de un fragmento muy sensual de su libro más famoso, no olvides leer el capítulo 7 de Rayuela

Hasta la fecha, Cortázar se mantiene como uno de los escritores más originales e innovadores de su tiempo. Sus textos que son una perfecta mezcla entre lo fantástico y lo real, te transportan y estimulan tu imaginación. Si quieres comprobarlo, es suficiente con que disfrutes de estos versos eróticos que son capaces de elevar la temperatura de cualquiera. 

1. TU MÁS PROFUNDA PIEL (FRAGMENTO)

“Dijiste “Me da pena, sabes”, y volcada de espaldas me miraste con ojos y senos, con labios que trazaban una flor de lentos pétalos. Tuve que doblarte los brazos, murmurar un último deseo con el correr de las manos por las más dulces colinas, sintiendo como poco a poco cedías y te echabas de lado hasta rendir el sedoso muro de tu espalda donde un menudo omóplato tenía algo de ala de ángel mancillado. Te daba pena, y de esa pena iba a nacer el perfume que ahora me devuelve a tu vergüenza antes de que otro acorde, el último, nos alzara en una misma estremecida réplica. Sé que cerré los ojos, que lamí la sal de tu piel, que descendí volcándote hasta sentir tus riñones como el estrechamiento de la jarra donde se apoyan las manos con el ritmo de la ofrenda; en algún momento llegué a perderme en el pasaje hurtado y prieto que se llegaba al goce de mis labios mientras desde tan allá, desde tu país de arriba y lejos, murmuraba tu pena una última defensa abandonada.

Con el perfume del tabaco rubio en los dedos asciende otra vez el balbuceo, el temblor de ese oscuro encuentro, sé que una boca buscó la oculta boca estremecida, el labio único ciñéndose a su miedo, el ardiente contorno rosa y bronce que te libraba a mi más extremo viaje. Y como ocurre siempre, no sentí en ese delirio lo que ahora me trae el recuerdo desde un vago aroma de tabaco, pero esa musgosa fragancia, esa canela de sombra hizo su camino secreto a partir del olvido necesario e instantáneo, indecible juego de la carne oculta a la conciencia lo que mueve las más densas, implacables máquinas del fuego. No eras sabor ni olor, tu más escondido país se daba como imagen y contacto, y sólo hoy unos dedos casualmente manchados de tabaco me devuelven el instante en que me enderecé sobre ti para lentamente reclamar las llaves de pasaje, forzar el dulce trecho donde tu pena tejía las últimas defensas ahora que con la boca hundida en la almohada sollozabas una súplica de oscura aquiescencia, de derramado pelo. Más tarde comprendiste y no hubo pena, me cediste la ciudad de tu más profunda piel desde tanto horizonte diferente, después de fabulosas máquinas de sitio y parlamentos y batallas. En esta vaga vainilla de tabaco que hoy me mancha los dedos se despierta la noche en que tuviste tu primera, tu última pena. Cierro los ojos y aspiro en el pasado ese perfume de tu carne más secreta, quisiera no abrirlos a este ahora donde leo y fumo y todavía creo estar viviendo.”

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2. TRES SONETOS ERÓTICOS (PRIMER SONETO)

Su mono azul le ciñe la cintura,

le amanzana las nalgas y los senos,

la vuelve un muchachito y le da plenos

poderes de liviana arquitectura

 Al viento va la cabellera oscura,

es toda fruta y es toda venenos;

el remar de sus muslos epicenos

inventa una fugaz piscicultura.

 Amazona de mono azul, el arte

la fija en este rito paralelo,

cambiante estela a salvo de mudanza;

 viejo poeta, mírala mirarte

con ojos que constelan otro cielo

donde no tiene puerto tu esperanza.

3. LOS AMANTES

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¿Quién los ve andar por la ciudad

si todos están ciegos?

Ellos se toman de la mano: algo habla

entre sus dedos, lenguas dulces

lamen la húmeda palma, corren por las falanges,

y arriba está la noche llena de ojos.

 Son los amantes, su isla flota a la deriva

hacia muertes de césped, hacia puertos

que se abren entre sábanas.

Todo se desordena a través de ellos,

todo encuentra su cifra escamoteada;

pero ellos ni siquiera saben

que mientras ruedan en su amarga arena

hay una pausa en la obra de la nada,

el tigre es un jardín que juega.

 Amanece en los carros de basura,

empiezan a salir los ciegos,

el ministerio abre sus puertas.

Los amantes rendidos se miran y se tocan

una vez más antes de oler el día.

 Ya están vestidos, ya se van por la calle.

Y es sólo entonces

cuando están muertos, cuando están vestidos,

que la ciudad los recupera hipócrita

y les impone los deberes cotidianos.

Ahora que conoces el lado erótico de Julio Cortázar, te recordamos que dedicar poemas puede ser muy Kinky y estos trabajos del escritor argentino son ideales para que se los recites al oído a esa persona especial. ¡Le va a encantar! 

Dale sentido a tus sentidos. 

Si te quedaste con ganas de más, no te pierdas este relato erótico: Húmedos sueños, por Regina Favela