2 poemas de sexo y desconsuelo

28 junio, 2017 1 min de lectura
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Timidez

de Víctor Peña Dacosta

Te miro como a un libro que no entiendo,

que alguien tuvo a bien regalarme 

y del que aún no me he deshecho.

Eres guapa. No te conozco.

No te debo nada. Tú a mí, 

la verdad, tampoco. De pronto

me da vergüenza besarte.

En este instante de sofoco

en que nada comprendo, ni siquiera 

me atrevo a preguntarte si te importa 

que me corra dentro.

Carencias afectivas

de Víctor Peña Dacosta

Mientras contemplo desde arriba

el rítmico movimiento

de tu cabeza sobre mi sexo,

siento, sobre todo (¿eso?, ¿ves?, ahora),

cuando te acercas y te alejas

(así, ahora, ¿ves?), sobre todo, el roce 

de tu flequillo en mi cadera.

Es curioso y casi tierno

que esto sea (¿ves?, esto, ahora) 

lo más cercano a una caricia 

que he tenido en mucho tiempo.

 

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