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Depresión posparto: no es poca cosa

Si se supone que debe ser la etapa más feliz de tu vida ¿por qué te sientes tan mal, por qué no te sientes feliz?

16 noviembre, 2016 5 mins de lectura
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¿Alguna vez has visto a una recién mamá que chilla por todo? Que si se lleva la enfermera al niño, llora; que si se le cae un calcetín del bebé, llora; que si no le puso bien el pañal, mar de lágrimas seguro. Bueno, esto es absolutamente normal y, aunque parezca una escena de algún programa de comedia, la realidad es que el 80% de las mujeres que acaban de parir manifiesta estos síntomas en menor o mayor medida.

A estas manifestaciones de tristeza y desequilibrio emocional se les conoce comúnmente como baby blues, o tristeza posterior al parto; es muy frecuente y se caracteriza por episodios – de leves a moderados – de tristeza, ansiedad, irritabilidad y cambios repentinos de humor. Muchos médicos lo atribuyen al fuerte desajuste hormonal tras el embarazo y el parto, por lo que su duración no debe superar las tres semanas (periodo en el que las hormonas se regularizan).

Ahora bien, existe también una afección que, como muchas de las enfermedades mentales más comunes, suele ser menospreciada, mal diagnosticada o, de plano, ignorada. Se trata de la depresión posparto, la cual aqueja a entre el 15 y el 20% de las mujeres; ésta revela los mismos síntomas que el baby blues, pero exacerbados en intensidad y/o duración; no se trata de un “me siento bajoneada” o “lloro por cualquier cosa”, se trata de una depresión clínica que debe ser tratada por un especialista antes de que escale.

¿Cómo sé si sufro depresión posparto?

Para empezar, está el factor tiempo: si ya pasaron tres o cuatro semanas del parto y tú sigues sintiéndote excesivamente triste e irritable, ahí hay un foco rojo. Por otro lado, es importante que te conozcas y te observes, tu propio instinto de supervivencia te dirá cuando ya no es normal que te sientas así; también escucha a los que te rodean, sobretodo a los más cercanos (madre, esposo, hermanos), ellos te pueden comentar que están preocupados por ti o que no saben qué te pasa, eso es otro foco rojo.

Mujeres que han padecido esta enfermedad reportan sentirse extremadamente tristes, con ganas de no levantarse de la cama y de sólo dormir, frustradas o hasta asqueadas ante su maternidad. Por su puesto, eso les genera fuertes sentimientos de culpa, pues estamos bombardeados de mensajes como: “la maternidad es lo más bello que te puede ocurrir” “no hay felicidad como la que te da un hijo” “desde el momento en que ves a tu bebé sabes que es lo que más amarás en la vida”.

Evidentemente, al no sentir todo lo que se supone “deben” sentir, se flagelan y se recriminan; muchos pensamientos fatalistas cruzan por su mente, entre los más frecuentes: “soy mala madre, soy mala persona, no merezco tener este hijo, ojalá nunca lo hubiera tenido, debería pero no me siento feliz, nunca había sido tan infeliz, preferiría morirme”. Sí, puede sonar fatalista, pero así es como lo viven y lo sienten estas mujeres, como una fatalidad que puede traer graves consecuencias.

Este testimonio de Carmen Resto Osorio, te puede ayudar a identificar algunas emociones: “Yo empecé a acumular una rabia, siempre tenía como un disgusto. Me decía a mí misma: ¿Qué es esto? ¿Esto es la maternidad? ¿Esto es lo que yo quería? Yo veía que todo el mundo seguía con su vida y mi vida había cambiado tanto. Empecé a tener todos esos pensamientos atípicos en mí, que siempre estaba contenta. Yo estaba llorando todo el día, pensaba que le iba a hacer daño a mi hija, que me iba a caer por las escaleras…”

¿Me va a pasar a mí?

No hay manera precisa de saber si te va a ocurrir o no, pero sí existen una serie de factores que te hacen más propensa a la depresión posparto, estos son:

  • Antecedentes personales de depresión, ansiedad, ataques de pánico o alguna otra enfermedad mental.
  • Antecedentes familiares de enfermedades mentales como las arriba mencionadas.
  • Síntomas de depresión durante el embarazo.
  • Complicaciones durante el parto.
  • Situación emocional muy inestable (divorcio, pérdida de empleo, muertes cercanas).

cómo se cura la depresión posparto

Así pues, si tu perfil encaja con alguna(s) de las características enlistadas arriba, tienes más posibilidades de tener depresión posparto; sin embargo, no entres en pánico, ni es 100% seguro ni por eso vas a renunciar a ser madre, siempre hay soluciones.

¿Cómo se trata la depresión posparto?

Como cualquier depresión clínica (diagnosticada), requerirás tanto de ayuda química – medicamentos –, como de ayuda psicológica – terapias –; sin dejar de lado, por supuesto, el apoyo de familia y amigos. Acude con tu médico de cabecera, él sabrá referirte, según lo considere necesario, a un psicólogo certificado, a algún grupo de apoyo y/o a un psiquiatra.

Actualmente, existen medicamentos antidepresivos que pueden ser consumidos por madres lactantes sin problema alguno (bajo estricta supervisión médica, desde luego) y en internet existen muchos grupos de apoyo para madres con depresión. Esto, aunado a la terapia psicológica, te ayudará a salir adelante en poco tiempo; y con la ayuda de tu gente cercana, no tendrás de qué preocuparte. Sólo recuerda: NUNCA TE AUTOMEDIQUES y no tengas miedo o pena de pedir ayuda, no estás sola, no eres ni la primera ni la última mujer en sentirse así.

¡Atrévete a pedir ayuda! ¡Atrévete a ser Kinky!

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