Erotismo y amor: la llama doble de la vida

26 marzo, 2017 2 mins de lectura
Compartir

Apenas 5 años antes de morir, Octavio Paz publicó su penúltimo gran ensayo: La llama doble; en él, Paz intenta desentrañar los misterios de tres palabras que a todos, sin excepción, nos involucran y nos intrigan: sexo, erotismo y amor. Como nunca encontraremos mejores palabras que las del mismo Paz en este magnífico libro, les compartiremos algunas citas textuales con la ilusión de que se acerquen a disfrutar por sí mismos de uno de los mejores ensayos sobre el tema.

Para empezar, ¿por qué hablar de una llama doble? El autor explica que “la llama es la parte más sutil del fuego, que se eleva y levanta a lo alto.” Entonces, construye tres bellas metáforas que ilustran a la perfección la idea del libro: “El fuego original y primordial, la sexualidad, levanta la llama roja del erotismo y ésta, a su vez, sostiene y alza otra llama, azul y trémula: la del amor. Erotismo y amor: la llama doble de la vida.”

En tanto excelente poeta que era, Paz no duda en comparar la poesía y el erotismo, ambos sustentados en el poder de nuestros sentidos y de la imaginación; así pues, nos dice: la poesía “nos revela otro mundo dentro de este mundo. Los sentidos, sin perder sus poderes, se convierten en servidores de la imaginación y nos hacen oír lo inaudito y ver lo imperceptible. ¿No es esto, por lo demás, lo que ocurre en el sueño y en el encuentro erótico?”

Y también, nos guste o no nos guste, hace énfasis en que el sexo es la base de todo esto, esa parte animal e instintiva es, al final, el fundamento de todo lo demás: “En su raíz el erotismo es sexo, naturaleza; uno de los fines del erotismo es domar al sexo e insertarlo en la sociedad. La sexualidad es animal; el erotismo es humano. El amor […] es algo más: una purificación que transforma al sujeto y al objeto del encuentro erótico en personas únicas. El amor es la metáfora final de la sexualidad.

Enciende la llama doble y ¡hazte Kinky!

También te puede interesar: Conexión profunda y sexo tántrico