Lo único que quiero es un beso tuyo

3 julio, 2016 3 mins de lectura
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Nadie puede negar el placer que provoca un buen beso, ya sea uno tierno y lento o de esos que empiezan dulces y acaban en un salvaje encuentro sexual. Hay muchos tipos e intensidades de besos, pero cualquiera que sea, si son los labios de la persona adecuada, hará que la cabeza te dé vueltas y tu piel se erice. Estamos seguros de que lo has experimentado.

Trata de recordar esos primeros besos que diste o recibiste, esos que iban acompañados de una ligera timidez y un poco de miedo, quizá fue en la secundaria o la preparatoria, ¿te acuerdas de esa emoción, esa leve taquicardia que aumentaba cuando tocabas los labios del otro con los tuyos? Ahora piensa: ¿alguna vez te robaron un beso inesperadamente? ¿En alguna ocasión te armaste de valor para robarle un beso a esa persona que te lanzaba mariposas al estómago?

Sin duda, esos inocentes besos robados de la adolescencia contenían toda la adrenalina y la intensidad del enamoramiento juvenil, ese que va con todo y no se contiene, ese que no conoce de motivos y es pura pasión, ese que es impulsivo, ardiente y desinhibido.

Por supuesto, sabemos que no todo fue maravilloso en esas primeras experiencias amorosas, pero, ¿y si pudiéramos, ya con nuestra madurez y experiencia actuales, recuperar ese arrebato juvenil, esa intensidad que nos llevaba al éxtasis durante los pocos segundos que duraba ese beso robado? ¿Y si comenzáramos a robar besos más seguido?

Por supuesto, no nos referimos a que vayas por la calle besando a todo mundo; mucho menos se trata de forzar a alguien a hacer algo que no quiere, jamás. Todo lo contrario. Lo cautivador en la idea del beso robado es la noción de sorpresa, de lo inesperado. Juguemos entonces con esto.

Cada 6 de julio se celebra el Día Internacional del Beso Robado. En Let’s Kinky te proponemos que celebres ese día todos los días: ¿y si a partir de hoy le robas a tu pareja un beso al día? No cuentan los besos de siempre – los de buenos días, los de buenas noches –, realmente sorpréndela con un beso súbito e imprevisto que no vea venir. Cosas tan simples como esta pueden reavivar tu relación y darle un toque de frescura Kinky que ambos agradecerán.

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