¿Acostarse o dormir con alguien? Esa es la cuestión

22 agosto, 2016 3 mins de lectura
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¿Alguna vez has participado en uno de esos juegos de confidencias sexuales? Ya sabes, “verdad o reto”, “yo nunca nunca” o similares. Pues no nos dejarás mentir, casi siempre hay una pregunta que, por curiosidad o morbo, no puede faltar: “¿Con cuántas personas te has acostado?” ¡Pum! Bomba lanzada al centro de la habitación. Algunos se afligirán por tener que contestar un número bastante alto, otros se apenarán porque su cifra se puede contar con una mano.

Pero, ¿por qué nuestro pudor o nuestro miedo ante esa pregunta? Quizá sea por una cuestión de moralidad inculcada o por temor a la opinión de los demás porque, claro, juzgar a alguien por el número de personas con que se ha acostado es muy fácil (y muy injusto también): si la cifra sobrepasa el 10, se tendrá miedo a escuchar: “puta, zorra, perro, caliente, cabrón, irresponsable”; pero si la cifra es menor a 5, entonces: “mojigata, santurrón, ¿qué eres puto?, mariquita, etc.”

¿Entonces qué opción le queda a uno? Muy fácil: ¡que te importe un bledo lo que los demás piensen! Y aquí es donde entra el tema importante: acostarse con alguien no es lo mismo que dormir con alguien o que hacer el amor. Punto. No nos confundamos: el hecho de acostarte con alguien responde a la necesidad de satisfacer los instintos más animales que tenemos, en otras palabras, el sexo es una búsqueda natural e instintiva.

En contraste, hacer el amor y, más aún, dormir con alguien, implica otras emociones e intenciones como la creación de intimidad, la preocupación por el bienestar del otro y la consciencia de que quien está a tu lado te importa. Por eso, esto último no se da tan fácilmente y, en realidad, no tiene nada que ver con el número de personas con que te hayas acostado. No te decimos que vayas entonces acostándote con quien sea por la vida, no, quizá el sexo casual no es para ti, pero si te gusta, hazlo con precauciones y sin culpas. 

Puedes acostarte con quien quieras, pero eso sí, elige con cuidado a la persona con la que quieras dormir por la noche pues ésta será la que te conocerá como pocos, en las buenas y en las malas. Y recuerda el sabio consejo de Woody Allen, “no confundas al sexo de tu vida con el amor de tu vida”.

Sé tú mismo y ¡Hazte Kinky!

Y si ya tienes a esa persona con quien dormir abrazados, checa esto: Yoga en pareja: intimidad y destreza sexual