Hazlo de perrito al estilo Kinky

6 febrero, 2017 4 mins de lectura
Compartir

La famosísima posición de perrito, conocida en inglés como doggystyle, es una de las soberanas del reino de las posturas sexuales; junto con el misionero quizá sea de las más adoptadas y placenteras, además, tiene una connotación un tanto salvaje y animalesca que resulta tremendamente excitante para quienes gustan de ella. Si eres fan del perrito, sigue leyendo y aplica nuestros consejos para no repetirte y darle un toque distinto y novedoso en cada ocasión.

¿Por qué nos gusta tanto el doggystyle?

Es una postura que presenta muchas ventajas y pocos inconvenientes tanto para ellas como para ellos. La estimulación del punto G, una penetración muy profunda, el excitante panorama que se despliega ante los ojos del hombre o el choque de los testículos contra la mujer son sólo algunos de los muchos beneficios, tanto físicos como psicológicos, de la posición del perrito.

Como ya lo dijimos, los inconvenientes son pocos y no frecuentes; sin embargo se pueden dar casos en que, si el pene es muy largo o si la mujer tiene un canal vaginal muy pequeño, la profundidad de la penetración combinada con la fuerza de la embestida pueden lastimar a la mujer y volver la situación muy dolorosa. Algunas mujeres declaran también que les es más difícil llegar al orgasmo de esta forma que por estimulación clitoriana; sin embargo, esto dependerá por completo de tu fisionomía y de tus preferencias.

Variaciones sobre el mismo tema

Puedes repetir la postura una y otra vez, pero con estos consejitos nunca será igual:

  1. Háganlo con un espejo a su costado, de esta forma ambos podrán verse y él podrá disfrutar el espectáculo de los senos de su pareja meciéndose al ritmo que ambos elijan.
  2. Mujer: aprovecha que tienes al menos una mano libre y tócate; puedes usar tus dedos o un vibrador, el punto es que disfrutes de la doble estimulación.
  3. Hombre: tómala del cabello y jala ligeramente hacia ti. Si son más atrevidos, puedes ayudarte de un cinturón o similar y jalarla del cuello; eso sí, controla tu fuerza y pídele que te manifieste cualquier incomodidad.
  4. Mujer: Levanta una pierna hacia atrás y pídele que la sostenga con su mano, verás que la leve inclinación de tu cadera los hará sentir cosas muy diferentes.
  5. Hombre: Si ella trae tanga, pídele que no se la quite y sólo hazla a un lado al momento de la penetración; será un detalle sutil pero muy sugerente y estimulante.
  6. Mujer: acentúa el placer visual de tu pareja acariciándote: recorre tu cintura con tus manos, toca tus pechos, acaricia tus nalgas y, si te animas, date una pequeña palmadita; ¡lo volverás loco!
  7. Mujer: Una vez que tu pareja esté dentro, cierra las piernas y aprieta los muslos (sin exagerar la fuerza, por supuesto); la presión que generes intensificará las sensaciones para ambos. 
  8. No se olviden de las variantes del perrito: parados, ella sólo tiene que inclinar el torso hacia delante; acostados y de ladito, ella en posición fetal y él envolviéndola desde atrás.

Recuerda que la imaginación es tu mejor arma para darle variedad a tu vida sexual y nunca caer en el aburrimiento; no se trata de hacer siempre cambios drásticos o de descubrir el hilo negro de la sexualidad, la diferencia está en los detalles y en estos se basa la novedad.

¡Toca, siente, provoca!

Si buscas más pretextos para disfrutar esta posición sexual, te invitamos a leer Los beneficios de la posición del Perrito