Turn it on: la salud sexual en el mundo digital

Hoy en día la sexualidad ya no es vista como algo que se deba esconder o negar –¡Bravo por eso!–. Si bien quedan algunas reminiscencias de tabúes y prejuicios que aún no la aceptan al 100%, es un hecho que la lucha por construir una sexualidad digna para todas las personas ha prevalecido y comenzado a lograr su objetivo. Como muestra, celebramos el Día Mundial de la Salud Sexual este 4 de septiembre, mismo que ha servido para conmemorar, visibilizar y concientizar con respecto a dichos temas. En pleno 2021, con una pandemia en curso y las nuevas normalidades que se derivan de esto, la tecnología juega un papel muy importante en la vida de toda la gente y no lo puedes negar; seguramente tú también te encuentras en home office o eres usuaria/o de apps como Facebook, WhatsApp o Tinder y muchas más.

Si bien esta tecnología de la información y la comunicación ha aportado mucho a la promoción y el buen manejo de la salud sexual, ya que existe una mayor apertura y acceso a la información pertinente, también ha generado nuevos retos en torno a la prevención de diversas violencias y el cuidado de la seguridad digital: es muy sencillo acceder a la
información y a los encuentros sexuales virtuales, sin embargo, eso no significa que por inercia sepas distinguir entre lo certero y confiable, y lo que representa desinformación o riesgo.

Cuando la tecnología digital se utiliza para propósitos sexuales –como es muy común actualmente–, surgen temas delicados relacionados con la privacidad, el consenso, el consentimiento informado y la confidencialidad, entre otros. Ejemplo de esta situación es el caso de Olimpia –el video sexual que fue hecho público sin consentimiento– que afortunadamente, abrió paso a la Ley Olimpia, misma que prohíbe que cualquier contenido sea compartido sin previo consentimiento, so pena de encarcelamiento y multa.

Si te preocupas por temas como el sexting seguro, que tus nudes no sean distribuidas sin consentimiento y que la información de tipo sexual a la que accedes sea de procedencia fiable, hoy te vamos a dar algunas recomendaciones para hacer de tu navegación web una experiencia mucho más protegida y confiable. ¡Toma nota!

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• Sé sutilmente paranoica/o. Sí, por más extraño que suene, en las redes sociales siempre es mejor desconfiar que aventarse directo a la aventura. Si es alguien que acabas de conocer o alguien que no conoces tan bien es mejor si no muestras tu rostro o tus señas particulares, como tatuajes, perforaciones o cicatrices en tu cuerpo. También, como te lo hemos mencionado otras veces, es importante poner una marca de agua en el contenido que estás enviando y nunca enviar el mismo contenido a todas las personas. Así, puedes saber de dónde proviene una posible filtración de tu contenido erótico.

  

• Escoge personas en las que confíes. Todos amamos el sexting. Según un estudio de 2017, el 74% de los estadounidenses se habían involucrado en algún tipo de comunicación erótica e intercambio de fotos. Si en ese entonces y solo en Estados Unidos era esa la cantidad… ¡Imagínate hoy en día y en todo el mundo!  Sin embargo, existe algo que debes tomar en cuenta sí o sí. Existe un mayor riesgo de que tus fotos se filtren a páginas en donde no deseas estar, si no conoces a la persona con quien vas a establecer tu conexión sexual vía web. Sextear está cool, pero escoje muy bien a tu compañera/o.

  

• Comunica tus límites. Un punto muy importante para que no te sientas vulnerada/o. Es imprescindible establecer el consentimiento y comunicar tus límites antes de participar en una sesión de sexo virtual, y tener claro que grabar o tomar capturas de pantalla requiere consentimiento previo. No tenemos que explicarte mucho, seguramente sabes a qué nos referimos.

  

• Utiliza las herramientas indicadas. Ya sea que estés buscando información sobre sexualidad o que vayas a incursionar en el sexo virtual, debes fijarte muy bien en las herramientas –navegadores, motores de búsqueda, páginas web, apps, fuentes y bibliografías– que utilizas para el fin que deseas. No toda la información que encuentras en la red viene de fuentes confiables, así que desarrolla tu instinto Kinky y no te quedes con lo primero que encuentras. Lo mismo aplica para el sexting y los “encuentros sexuales” virtuales.

  

Recuerda que cuentas con derechos sexuales irrevocables y que tomando en cuenta estos consejos vas a poder acceder a una sexualidad virtual más protegida y satisfactoria.

¡Hazte Kinky!

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