Mejora tus erecciones autoerotizándote

16 abril, 2016 3 mins de lectura
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El autoerotismo es la primera y más importante práctica sexual de cualquier ser humano (también en las mujeres). No desaparece por tener pareja o por tener una edad determinada. No es sustitutivo del sexo ni viceversa.

Es un derecho absoluto, te empodera de tu cuerpo pero además, si aprendes a hacerlo con el fin de mejorar tu desempeño sexual(Échale huevos a tu desempeño sexual), será la práctica perfecta. Si desde la adolescencia te acostumbraste a hacerlo en un dos por tres sin siquiera reconocer las sensaciones, esto actuará en tu detrimento: tu cerebro no identificará si estás solo o con una chica y puedes comprometer la respuesta: al acostumbrar a tu pene a esos tirones frenéticos, el toque –obvio- más erótico y suave de una mujer te parecerá poco eficiente. O simplemente distinto. Y de hecho, en lugar de sentir menos porque tu pene ‘necesita’ más fuerza, se debe a que está saturado y su potencial sensitivo disminuido. Por ello, la erección en ocasiones no es tan potente como desearías, por la falta de sensibilidad.

O sea, tu pene está diseñado para sentir más de lo que crees. Porque está subdividido en anillos o zonas más sensibles que otras, donde claro tanto la corona como el glande son las más potenciales. Pero es muy probable que uses el 20% máximo de esa capacidad. ¡Redescúbrela!

Necesitas darte tiempo y por supuesto un espacio donde te sientas cómodo y libre de interrupciones. Puedes utilizar un lubricante con base de agua o hasta aceite ya que no usarás condón (que pudiera degradarse y romperse), estás solo. De preferencia que tu pene aún no esté erecto con el fin de llevarlo de cero a cien.

  1. Comienza por la base del pene, donde se une con tu pelvis.
  2. Con un par de dedos presiona y roza de abajo hacia arriba hasta no más de la mitad del tronco. Baja de nuevo en distintas presiones, ritmos e intensidades.
  3. Ahora desliza las caricias un poco más arriba del tronco, aún sin llegar a la corona del glande. Siente.
  4. Trata de percibir la sensibilidad en las distintas partes, continúa masajeando. Notarás cómo la erección comienza a generarse y la sensación placentera será más intensa. Insiste en esos estímulos y date un tiempo antes de subir hasta el glande.
  5. Con los dedos bien lubricados, haz círculos alrededor, sube en espirales por el glande y una vez despierta esta última zona, sube y baja el masaje a lo largo de todo el cuerpo del pene.
  6. No tires con fuerza, es un movimiento continuo pero suave.

¿Verdad que comienzas a tener sensaciones mucho más profundas? Más tarde conforme comiences a sentir el impulso eyaculatorio podrás aumentar la intensidad y el ritmo.

Aprovecha además para entrenar tu control eyaculatorio, es decir, cuando sientas cerca ese punto de no regreso, disminuye la intensidad e incluso el estímulo por completo y recomienza la estrategia de abajo hacia arriba hasta acercarte al instante inminente, de nuevo te detienes y repite un par de veces hasta permitirte eyacular. Verás que la sensación es más extensiva.