Bondage: sexo con ataduras

11 abril, 2016 3 mins de lectura
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Las fantasías de dominación y sometimiento son mucho más comunes de lo que a veces nos atrevemos a pensar; los entusiastas del bondage lo saben, lo asumen y lo disfrutan. En esta práctica sexual se juegan, principalmente, dos roles: el dominante y el sometido; es común escuchar hablar de mujeres dominatrix, sin embargo, tanto hombres como mujeres pueden jugar cualquier papel. Para el sometido es excitante saber que está “a merced” de su pareja, que no puede hacer nada, que su voluntad está – durante el tiempo que dure la fantasía – anulada; para el dominante la excitación parte del hecho de saberse poderoso y en control total de la situación.

Esta práctica, cuyo nombre proviene del sustantivo bond (en inglés atadura o cadena), puede ser increíblemente erótica, siempre y cuando los involucrados gusten de este tipo de juegos de rol, se tengan absoluta confianza y lo lleven a cabo de forma consensuada y planeada.

El bondage consiste en la inmovilización de la pareja por medio de telas, listones, cuerdas, cadenas, esposas, mordazas o cualquier otro elemento que limite la movilidad del compañero. Por supuesto, no es una práctica que a todos les llame la atención, pero si dejamos de lado miedos o tabúes podemos descubrir sensaciones inesperadas y nuevos niveles de excitación surgidos a partir de la fantasía de ser personajes distintos a los que somos todos los días. Si a ti y a tu pareja les tienta la idea aquí les van unos consejos para iniciarse en esta práctica de forma segura y placentera.

Accesorios comerciales

Si lo que quieren es no meterse en complicaciones y sólo experimentar una fantasía de dominación al más puro estilo fetichista, entonces ármense de valor, vayan juntos a una sex-shop y elijan los accesorios que más les llamen la atención. Pueden encontrar todo tipo de artefactos de sujeción: desde esposas con peluche rosa (por aquello de la femineidad) hasta arneses de cuerpo completo para suspensiones.

Hecho en casa

Si lo que les gusta es la onda creativa y el “hágalo usted mismo”, dejen volar la imaginación y piensen en todo lo que tienen en casa que les puede servir para someter e inmovilizar al otro: pedazos de tela, listones, cuerdas o lazos de distinto tipo. No intenten imitar las ataduras hechas por profesionales del bondage, algunas contienen amarres muy complejos que requieren de práctica y pueden ser peligrosas; como principiante lo único que requieres es saber amarrar unas agujetas, un nudo sencillo será más que suficiente para sus primeras experiencias.

La última recomendación, aunque quizá la más importante: antes de iniciar el juego, pónganse de acuerdo y establezcan una palabra o frase clave que los saque de la ficción en caso de que alguno se sienta mal o esté experimentando sensaciones indeseadas. Recuerden que es un juego erótico y que ninguno de los dos debe sentirse incómodo o sobrepasar su límite de dolor.

¡Atrévete y Hazte Kinky!