Sexo duro, pero con respeto

23 agosto, 2016 2 mins de lectura
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Existen muchas variantes para tener sexo, que van desde el conocido misionero hasta la práctica del Kamasutra completo. Pero pocos se atreven a probar sexo hardcore o duro. El simple hecho de leer el nombre quizá impone cierta resistencia, ya que remite al contacto físico rudo, que lastima, pero en la realidad no tiene por qué ser así.

¡Pégame , pero no me lastimes!

La base del sexo duro es el respeto, sin éste condimento de ninguna manera se podrá realizar con satisfacción y plenitud, el que le des una que otra nalgada a tu pareja o que te arañe, se muerdan y hasta se jalen el cabello no quiere decir que se están agrediendo, sino por el contrario, que se sientan amados y al mismo tiempo dominados, sin llegar a la imposición.

Por otro lado, el sexo duro no solo incluye el contacto físico sino también psicológico, como el uso de lenguaje obsceno, posiciones dominantes, los gestos o con que emitas gemidos de “dolor”. Esto remarcaría la idea de la sumisión.

La clave del sexo duro es salir de lo común, ya que si fuera habitual pierde su encanto. Consiste en dejar salir al animal que llevamos dentro y volcarlo en nuestra pareja, en un descontrol que le deje claro a nuestra pareja que el sexo con su persona nos encanta y supera.

Libérate de la vergüenza y pongan sus propias reglas, quizá también quiera vivir esta experiencia y tampoco te lo ha dicho, confiésense qué buscan y ¡vívanlo! Recuerda que salir de la rutina potencial izará y mejora tu día a día.

Si te interesa explorar esta práctica sexual quizá te interese visitar el LoveHotel Ferri: el lugar donde tu mano azota y acaricia su piel