Sexomnia: ¿en qué consiste?

Seguro has oído hablar del sonambulismo o de personas que padecen terrores nocturnos u otros trastornos relacionados con el sueño, pero posiblemente nunca habías oído hablar de la sexomnia, una afección que hace que las personas participen en actividades sexuales, desde ruidos sexuales hasta tener relaciones, mientras duermen. Hoy te diremos brevemente qué pasa con este trastorno y qué hacer si se padece.

Esta condición, que se encuentra dentro de las parasomnias (o trastornos del sueño) todavía es relativamente desconocida para el público en general, pero últimamente se ha sabido de varios casos, por lo que los investigadores y médicos empiezan a estudiarla en un esfuerzo por comprender mejor por qué ocurre y cómo se puede tratar. Lo característico de la sexomnia, y lo que la puede hacer potencialmente muy peligrosa, es que quien la padece no recuerda conscientemente lo que ha hecho mientras duerme.

Si bien algunos casos son inofensivos e incluso hay parejas que reportan que “su novio(a) es mejor amante cuando está dormido que despierto”, la sexomnia con mayor frecuencia conduce a escenarios más difíciles y peligrosos: la persona puede desde presentar comportamientos exhibicionistas hasta perpetrar agresiones en contra de alguien, participar en actos que lo pongan en riesgo o incluso llegar a abusar de otra persona.

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Como se trata de un trastorno que apenas comienza a estudiarse, todos los datos alrededor de éste son poco certeros. Se sabe que los casos registrados son pocos (como lo de sonambulismo) y hay teorías respecto a sus causas, las cuales van desde factores neurológicos de nacimiento hasta traumas sexuales de la infancia / adolescencia que derivan en este tipo de comportamientos inconscientes; sin embargo no hay respuestas absolutas aún.

Asimismo, el tratamiento es también algo nuevo y no hay medicamentos específicos para ello. Normalmente el médico tratante recomienda tácticas que puede emplear el paciente para controlar la condición y minimizar los riesgos, como: dormir en una habitación aislada y cerrada con llave durante la noche, controlar su uso de alcohol y/o drogas, así como instalar cámaras para registrar los comportamientos que se presenten y luego poder analizarlos.

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