Tango, naturaleza y erotismo en la poesía de Nela Río

Nacida en Argentina y nacionalizada canadiense, Nela Río es capaz de sacar a relucir el erotismo y la sensualidad de todo lo que nos rodea.

25 agosto, 2021 2 mins de lectura
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Naturaleza viva

Las caderas exageradamente simples 

tan cerca de los ojos desnudos de las uvas 

insinuando semillas oscuras en su transparencia. 

Remolino de tallos apretando los granos 

convirtiéndolos en perfecto racimo 

acomodándose, tocando la ingenuidad de las peras. 

Los higos de besos ambiguos, 

blandos y húmedos dispuestos a abrirse 

en su pulpa rosada como un pequeño grito. 

La manzana estremecida de pecados antiguos 

ofrece su redondez llena de sabiduría 

y la papaya oculta vistosa los hilos dulces de sus jugos. 

Olores apoyándose, mezclándose 

murmurando alfombras de tangibles olores. 

ávidos de encuentros. 

En la quietud del marco la frutera de cristal abraza, 

con aristas agudas y tiernas 

como algas flotando en el mar caliente, 

el misterio estremecido, su continente de deseos, 

el destino de bocas de manos que las tocan 

las oprimen las sopesan 

las sorben o las muerden 

con delicados dientes de pie desnudo. 

Perturbadas de pasividad, las frutas 

emergen inundan ruedan 

tendidas imperiosamente 

desangrándose en las semillas, 

bultos entregados a bocas que laten.

Tango

Música atrevida

se acomoda en las pinturas, roza las paredes,

se desliza por la raya oscura

de la esquina

saborea la luz desvanecida

caída en los reflejos de los vasos,

lame los dedos que los levantan

y la bebe hasta el fondo.

Metida en los labios se deja

tararear.

Humedecida por la lengua

se pega al aliento

se despereza en la garganta, 

allí, sedosa, la oscuridad la alude en los ecos

y se enrosca en las cuerdas subiendo y bajando,

frotándolas hasta que gimen su sonido.

Música atrevida, oliendo a café y medianoche

cosquilleando el estómago

penetra honduras cálidas que jadean al compás.

Todo adentro excita, crece,

se expande

quisiera brotar desde donde todos bailan

conscientes de temblores,

y al compás de sí misma, desdoblarse.

Música atrevida, llenándome

de esta pasión pasiva

anegándome

con presencia de riesgos silenciosos. 

¡Dale sentido a tus sentidos!

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