El cine mexicano erótico: una probadita de su historia

14 septiembre, 2021 4 mins de lectura
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Normalmente, cuando se habla de cine mexicano se suele pensar en lo siguiente: la Época de Oro con sus grandes divas como María Félix o Dolores del Río y estrellas masculinas como Pedro Infante; el menos avenido pero famoso cine de ficheras; el divertidísimo e icónico cine de luchadores; o el Nuevo Cine Mexicano que resurge con enorme calidad con joyas como “Y tu mamá también” o la multipremiada “Amores Perros”.

Y tu mamá también

Y en este esquema resumidísimo del cine mexicano, pareciera que el erotismo solo cupo en el cine de ficheras, y esto solo por las presencias exuberantes de mujeres como Sasha Montenegro o Isela Vega. Pero la realidad es que el erotismo en el cine mexicano se manifestó prácticamente desde sus inicios en nuestro país. A continuación, te platicaremos de forma sucinta datos sobre el surgimiento del cine erótico en México. 

Ninón Sevilla

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El cinematógrafo llegó a México en 1896, apenas un año después de que los hermanos Lumière lo presentaran en París, y los primeros testimonios que se tienen de pequeñas películas eróticas son de 1905. Estos primeros cortos son muy difíciles de conseguir y se trata de historias muy sencillas filmadas no por cineastas sino por gente común (de dinero, claro) que tenía acceso a los medios para filmar y se divertía haciéndolo. 

Después de los años veinte, pasada la Revolución Mexicana, el cine ya estaba mucho más asentado y empezaron a hacerse muchas películas con una fuerte carga erótica, pero la doble moral de la época y las políticas oficialistas provocaron que la gran mayoría fueran censuradas y se perdieran. Solo unas cuantas han podido recuperarse y son conservadas -algunas solo en fragmentos- por la Filmoteca de la UNAM. 

La mancha de sangre

Uno de los casos más emblemáticos de lo anterior es una película titulada “La mancha de sangre”, realizada en 1937. Este filme se desarrolla en un prostíbulo y cuenta la historia de Camelia, una prostituta que se enamora y cuyo proxeneta no le permite perseguir su amor. La película fue retirada a los días de haberse estrenado por considerarse que atentaba contra la moral y las buenas costumbres. Perdida durante décadas, apenas en 1993 la Filmoteca recibió las latas de la película y recuperó gran parte del material. 

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Año Bisiesto

Como ese caso, seguro hay muchísimos más que no sobrevivieron a la censura y se perdieron por completo. Pero los antecedentes estaban puestos y no había marcha atrás, así que el cine mexicano empezó a asumir poco a poco su carácter erótico, manifestándose casi siempre en escenas aisladas o momentos específicos de las películas. Hay grandes momentos no explícitos pero profundamente eróticos en las películas del Indio Fernández, de Ismael Rodríguez o de Fernando de Fuentes. 

Fotograma de “Rabioso sol, rabioso cielo

Y ya entrados en los 90 y en adelante, afortunadamente hemos ido superando la censura y cada vez hay más películas que muestran el erotismo en toda su expresión. Queremos mencionar 3 en particular que son poco conocidas pero merecen ser más vistas: “La Tarea”, de Jaime Humberto Hermosillo, con María Rojo y José Alonso; “Año Bisiesto”, de Michael Rowe, con Mónica del Carmen y Gustavo Sánchez Parra; y “Rabioso sol, rabioso cielo”, del director Julián Hernández, quien se ha dedicado a la temática LGBT+.

¡Dale sentido a tus sentidos!

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