Microrrelatos eróticos II

1 junio, 2021 3 mins de lectura
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ANIVERSARIO, por Karla Barajas 

Ella lo observa sobre la cama, se sienta a su lado, lo acaricia, huele, juega con él.  Será la última vez que estén juntos, se promete, porque es viejo y está desgastado. Seis años juntos, tiene a otros, pero sigue brindándole placer. Decide usarlo.

El baby doll hasta las caderas permite ver ese cuerpo atlético arropado por hilos entretejidos sobre su piel. Ella acaricia las sombras, relieves y rellenos de color naranja quemado alrededor de la aureola. La tensión muscular, más de un minuto, se hiperventila, disfruta, respira, jadea. El encaje le ciñe el busto, los pezones se contraen, su ombligo es el centro de una flor de loto. La satisfacción mental es tanta que antes de recurrir a sus manos para acariciar los encajes sobre su vientre tiene palpitaciones en sus paredes y esa excitación aumenta a cada caricia, a ratos disminuye y vuelve. Se estimula siguiendo las líneas del encaje con el dedo índice, decide quedarse con él. Cómo dejar el baby doll con el que descubrió ser fetichista y el placer de la masturbación.

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TÚ, TAN YO, por Cristopher Escamilla 

De labios delicados pero firmes, que despliegan besos que son luz oscura.Te veo a ciegas y palpo tu ser de rígida delicadeza. Estremeces mi eternidad etérea, figuro tu esencia, accesorio de adorno desarreglado, una maraña ordenada frente a mí, barullo de pelambres tersos pero resistentes a mis embates. Desato tu desnudez disfrazada. Surco tu sexo debajo de las sábanas, encima de tu Venus, allí, por entre tus piernas.

Bajo la parte superior de mi dedo, lo introduzco en tu salvaje y tierna vereda, lleno vacíos y sentimientos.Sudamos hielo abrasador, somos fuego fresco. Exudamos ajenos odios amorosos. Recuperamos pérdidas, nos encontramos entre fluidos y blasfemias, y la sequedad de no recordar nuestros nombres.

NOSOTROS, por Ramiro Jordán

Cabalgabas el frío noche y día, tus hombros desnudos sollozaban estremecidos al compás del gélido invierno. Mirabas sin mirar el paisaje mustio y desolado, tus alas presas del frío se acurrucaron un día en mi cuerpo, tu vientre tomó por asalto el mío.Unidos nos abandonamos a mensajes urgentes, cómplices, lejanos a todo, en el gesto íntimo de amantes locos, apasionados y desquiciados. Encontré el vello de tu vientre, voluptuosa descubriste el iris de mis ojos, juntos revelamos la esencia de la vida, estallamos en mil soles, cien mil lunas brillamos como novas en el firmamento. Nuestro loco desvarío, el insaciable apetito reconstruyó nuestros cuerpos en uno solo, nuestro tiempo sin tiempo es nuestro. La pasión loca sin normas ni leyes nos une más y más. Nuestro calor, tu brillo,  nuestras urgencias, tus alas, el vello de tu vientre, nuestro único cuerpo, todo en un vórtice rugiente.Trajo nuestra primavera, llenamos el jardín de flores multicolores, abrazados, alejamos la yerma estación,  llegó el sol, volaste hacia el infinito cantando al amor,  extendiste tus alas al sol estival de nuestra primavera, raudo volé buscando tu rastro de polen y miel. Unidos volamos hacia el infinito.

¡Dale sentido a tus sentidos!

¿Te perdiste la primera entrega? Chécala aquí: Microrrelatos eróticos I