De orgasmos nos cubrió la noche, por Nidya Garzón

22 abril, 2020 3 mins de lectura
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DE ORGASMOS NOS CUBRIÓ LA NOCHE

Tu lirio en mi boca 

abrió la orquídea.

¡Florecí en tus labios!

Rompe tu hombría 

como ola en roca lúbrica 

inunda la tierra.

Con tu mar hambriento 

penetra azul el rojo

de mi carne sedienta.

¡Seamos inmensidad 

sin límite ni espacio!

Con espuma efervescente 

en tu rostro goza la gaviota.

Un grito de hervores cadencioso 

sube a mis senos erectos y agitados.

El mástil que asoma de tu carne 

incendia los albores de la noche 

y en medio de las piernas

se reúnen mil estrellas.

Desciende sobre mí

y deslizando tu deseo 

pinta con tu néctar

los arcos de mis senos.

Lame con tu lengua traviesa 

areolas de fuego.

Arde conmigo

soy pirómana de besos 

cuando tu piel de almendra 

alborota mi celo.

La víbora se enrosca 

en la serpiente erecta.

Arremete en las cavidades 

ondula lúbrica

una y otra vez.

Su lengua venenosa 

arroja blancura 

clava placer

asfixia la noche

con semen.

Palpo en el gozo de tu hombría 

la muerte

agraciada oración sexual

de una hora santa

cuando se pide perdón

y se suplica

que la noche no se detenga 

que la carne obscena

se pierda en la oscuridad

de nuestras palabras

para hacerlas leyenda

de eyaculaciones

de falos y vulvas

donde el alma desencarnada 

despierta húmeda

después de acariciar

el gozo de tu virilidad.

No existe la muerte

sólo la unidad

de la carne húmeda

que se retoza y se hunde 

en los anillos del tiempo 

donde los orgasmos 

abrazan el vendaval

y la piel se duerme 

con la victoria.

En el vientre

un remolino de papel 

desnuda al silencio.

En ti crezco

mi vientre se reduce 

se agiganta

cuando amamos

somos redondos

somos animales. 

Anoche te sentí palpitar;

despertaste a la hembra 

que volaba

como un serafín en celo.

La hondura de mis rosas 

se deshojó

sobre tu vientre,

y repartí mis pechos: 

para tu boca,

para tus manos.

Partícula indivisible 

inherente y sola

en su espacio.

Me brindaste tus caderas 

tus pechos y labios.

Tu cuerpo de mujer 

perfecto

tibio y delicioso.

Olvidaste:

¡Soy hembra

que gusta de los hombres!

Eres manzana 

uva y melón

Te dejo escurrir

en mis manos

en mis curvas

en mi piel

hasta el centro.

Bebo tus jugos

Soy mandarina 

fresa y limón

Muerdes 

succionas

descubres

¡Somos cóctel de frutas 

haciendo el amor!

¡Dale sentido a tus sentidos!

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