Poesía erótica peruana de José Guillermo Vargas

18 marzo, 2020 2 mins de lectura
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CANTO LASCIVO

(fragmento)

Bombilla miserable alumbrando cegatona.

Se desliza luz golosa sobre el cuerpo 

jaspeando el brillo de tu piel.

En crisol de agua te conviertes, 

refractando desnuda entre vitrales. 

Tu cabello negro ofidio,

lenta desmadeja sus anillos

y duerme a cola suelta sobre tus hombros…

El vino ordeña un riachuelo

entre el surco de tus muslos

y el crisol de agua rompe y pierde

su confín horizontal.

(Me das en comunión “El beso de la flor”

y el gusto lame el farol sexual de mis delirios)

Avanti, mis brazos carabelas

cortan viento tus moradas

y en tus senos siembro ardillas saltimbanquis 

a que muerdan y envenenen tus deseos.

Es profunda la noche y nimia la bombilla que me alumbra 

al divisar pezón izquierdo en que descanso…

¿Será el timbre que llame a los arcángeles?

Llego neo, hasta tu vientre atormentado 

e insomne pierdo la batalla.

Mis guerreros cruzan cimitarras

y aplauden mi llegada.

Así el mástil del velero acariciante

masturba la infinita alfombra de tu vientre

y extiende la pradera, acezando a la potranca 

que de espaldas mira el cielo.

CRUZAN CIMITARRAS

(Perverso cronograma de un beso elemental)

Cruzan cimitarras

en lago hirviente de salivas. 

La voz y los recuerdos 

-arriba se suicidan-,

y en bóveda roja palatina, 

recogen gritos o quejidos.

Cruzan cimitarras: tuércense,

enróscanse 

rozan, trozan. 

Se erectan

y luego lidian 

a contrazuelos de molares.

Caninos trituran sin orden

ni concierto:

muerden, sangran,

recuestan y alertan incisivos

que todo está por consumarse.

Cruzan cimitarras

en lago hirviente de salivas…

Labios cómplices, lascivos y pacatos 

se retuercen puntiagudos, incisivos, 

o enmudecen, huyendo del espasmo.

Lava ardiente -a contraparte-, 

discurre en culebreos

por los muslos

y el Talibán, blandiente alzor, 

disfrutará de paso,

las algas transparentes

durmiendo sobre Venus.

El corazón no habla. Se estremece.

El orgasmo viene

al final del calendario.

¡Dale sentido a tus sentidos!

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