“Bésame como la lluvia” de Oswaldo Arias Herrera

15 enero, 2020 2 mins de lectura
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Bésame como la lluvia

para Ana

Dulce, carnoso hábito,

dependencia marchita de ingenuidad;

solo, olvidado a tus deseos,

como ramajes florecidos

acarician los míos, húmedos como el rocío.

Me acerco… salado, carnoso, viril:

Absuelvo toda duda loca entre mis manos suaves, 

beso tus cabellos…

tus carnes vírgenes del labio ajeno,

me entrego a ti cruelmente

a los mares de tu piel extensa

húmeda como la noche.

El vino de mi lengua corre por la tuya, 

te sueño, te estoy viendo

labios calientes, dolientes, pérfidos 

perfectamente dolorosos. 

Poderosamente me hincas ante ti… 

ante la saliva tenue,

húmeda como la lluvia.

Desplazas tus manos por mi cuerpo, 

estrujas tus pecados

en la pila de mis aguas,

poséeme, luego alcánzame un paño seco. 

Húmeda como el desierto.

Gotas recorren;

muerdes, agitas, tropiezas, absorbes.

¡Mójame, que deseo escurrirme entre tus sábanas! 

Compartamos la fragancia de estos cuerpos 

exprimamos el calor, saciemos el paladar

de los miembros exquisitos,

que la cópula sea explosión y locura,

líquidos corriendo a la fuente de la vida.

Húmedos como el alba…

… caen algunas gotas,

el cielo desprende calores 

a la tierra seca…

¡Bésame como la lluvia!

El domingo

es el olor del monte sobre la sopa 

y es el culantro

y es el perejil

y es el cebollín

y es todo ese ramero pues

saber que la sopa está sobre tu piel 

sudarte mujer

sudarte

sudarte

como si tuvieras las defensas bajas 

saladita mujer.

Saladita.

Uju, mujer, mujer, mujer,

me trepaste

me plenaste como el eucalipto 

me asfixiaste

eran solo los vapores

de tus deseos sobre los míos. 

¡Dale sentido a tus sentidos!

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