2 poemas eróticos de Rosario Valcárcel

31 octubre, 2018 1 min de lectura
Compartir

Cuando hacemos el amor de madrugada

Cuando hacemos el amor de madrugada

el frío se consume y la habitación en llamas

jadea como el bramido de un volcán

que emana recuerdos amarillentos,

esculpe corazones.

Aleja la muerte.

Cuando nos abrazamos en la penumbra

tu aliento se pliega con el mío, el sabor

de alisios libertinos agita el placer,

se derriten las penas y los rencores.

Se olvida todo.

Cuando me estrechas y te estrechas,

los espíritus diabólicos se disfrazan,

escucho mi zambullida, las corrientes

dormitadas. Vuelve la calma.

Se olvida todo.

los mismos sentimientos.

Mis piernas palpitan

Mis piernas palpitan,

prisioneras, pugnan por abrirse.

Quiero alzarme sobre el mar que hierve,

emerger en tu humo de fuego,

explorar los abismos de tu lecho.

Quiero la vibración de tu aliento,

fundirme en tu fragua,

moldearme en tu oleaje.

Mis piernas palpitan,

palpitan en otro cuerpo sin sosiego,

enajenan mi razón, gritan de escalofríos.

Ansiosa quiero vivir con el huracán,

romper con las manías de Satanás.

¡Dale sentido a tus sentidos!

También podría gustarte: El sexo del amor. Poesía argentina