Dos poemas eróticos de Dina Posada

15 agosto, 2018 1 min de lectura
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Orgasmo I

Nerviosa la hora parpadea

ante el tiempo que se ahorca

me rodea, me cava, me lame

una dicha sin tamaño ni fondo

mis dedos agonizando

en tus costados

se pierden con el mundo

en un suspiro.

Fuego sobre el madero 

Después de romper el áspero

castrante

hostil

cerrojo de las ataduras

apuñalé al pecado

cayendo agónicas

mis trabas y mis culpas

Dejé de pedir permiso para vivir

Disponiendo conocerte

abrí tus brazos en cruz

—cristo de mis pasiones—

y hundí el sabor

de mi presencia

en tus pies

en tu cuello

en la blanca playa de tu espalda

Recorriéndote fui creciendo

hoja de tu rama

rama de tu árbol

árbol de tu bosque

hoja loca al vaivén

de tu tronco elocuente

Empinando a la fiebre

mi despertar

caminé y rodé en tus cumbres

y tu sexo brotó

dejando su vasta lluvia

en mi rezumante tierra nueva.

¡Dale sentido a tus sentidos!

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