Poesía erótica para locos y apasionados

10 enero, 2018 2 mins de lectura
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Los pechos de Magaly

Los pechos de Magaly

son dos enormes girasoles

que penden de su cuerpo.

Atropellan desconocidos

y se desbordan sin recelo.

La cintura no es estrecha,

pero la curva de sus caderas

es como para entrar en la vida

y no salir sobria.

Su monte de venus…

un inmenso clavel negro.

Yo quisiera leer los pechos de Magaly

y encontrar a Dios entre sus piernas.

Para tocarte…

Para tocarte sólo necesito

tu cercanía de aliento

y el olor a bosque que llega de  tu vientre

en el momento exacto del olvido.

Siempre te quiero,

pero hay una hora precisa en que te quiero

con el amor más suelto.

De mis pies a tu boca hay rocío,

es un siglo de flores despertando

la frescura del sueño.

Ah, el amor otra vez,

almiatado, entretiene al desvelo

lanzándole cuchillos a la luna.

El mundo

El mundo

es una lengua

que se angosta,

sube por las axilas

desciende por los pechos,

da un rodeo por el vientre

y se arroja

a la desembocadura de los ríos,

en un mar sin retorno.

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