El sexo en dos poemas de César Vallejo

15 noviembre, 2017 2 mins de lectura
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Poema XIII – Pienso en tu sexo

Pienso en tu sexo.

Simplificado el corazón, pienso en tu sexo,

ante el hijar maduro del día.

Palpo el botón de dicha, está en sazón.

Y muere un sentimiento antiguo

degenerado en seso.

Pienso en tu sexo, surco más prolífico

y armonioso que el vientre de la Sombra,

aunque la Muerte concibe y pare

de Dios mismo.

Oh Conciencia,

pienso, sí, en el bruto libre

que goza donde quiere, donde puede.

Oh, escándalo de miel de los crepúsculos.

Oh estruendo mudo.

Odumodneurtse!

Poema XXX – Quemadura del segundo

Quemadura del segundo

en toda la tierna cabecilla del deseo,

picadura de ají vagoroso,

a las dos de la tarde inmoral.

Guante de los bordes borde a borde.

Olorosa verdad tocada en vivo, al conectar

la antena del sexo

con lo que estamos siendo sin saberlo.

Lavaza de máxima ablución.

Calderas viajeras

que se chocan y salpican de fresca sombra

unánime, el color, la fracción, la dura vida,

la dura vida eterna.

No temamos. La muerte es así.

El sexo sangre de la amada que se queja

dulzorada, de portar tanto

por tan punto ridículo.

Y el circuito

entre nuestro pobre día y la noche grande,

a las dos de la tarde inmoral.

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